miércoles, 10 de septiembre de 2014

El que no arriesga no gana

El campeonato dio muestras de que pretende premiar a los que prioricen algo más que el mero resultado. River, Vélez y Newell´s, en ese orden, son quienes mandan sobre los primeros seis juegos disputados. Los tres son quienes mejor fútbol desarrollaron en los últimos tiempos.

Alejandro Mangiaterra


Las preguntas son la de siempre: ¿Qué es jugar bien?, ¿Vale más el resultado el modo de intentar alcanzar el objetivo?, ¿Hay que ganar como sea? El campeonato parece estar dispuesto a premiar a los que intenten algo distinto, a los que ofrezcan un plus. Esas son las señas que deja ver tras los primeros seis juegos. Evidentemente el torneo ha asumido la crítica por la mezquindad con las que se jugaron los anteriores y está dispuesto a modificar su imagen.


Por eso se le ve tan cómodo con este River al mando. El anterior, el equipo de Ramón Díaz había logrado imponerse al resto pero que cierto halo de amarretismo impropio de los mejores días de La Banda. Tal vez haya sido determinante para que el torneo ser pusiera firme y exigiera algo más.

Entonces encontró en el equipo de Gallardo algo más acorde a su deseo y su expectativa. River mostró vértigo, buen trato de la pelota, juego asociado y contundencia. En consecuencia, ante tales credenciales el torneo lo cobija en la cima desde el inicio.

Otro que anda seduciendo al torneo es Velez, no sólo a éste sino a los que lo antecedieron. Los de Liniers presentaron como credenciales a un cuarteto de pibes en el medio y a un toro en ataque. El talento anónimo también seduce y Rolón, Desabato, Cabral y Correa cumplen con creces con esas referencias. Sumado a la potencia de Pratto, que ha sido su as de espadas, Vélez se transforma: de en equipo que juega lindo pasa a ser un conjunto peligroso. Por eso el torneo lo ha premiado por ahora con el segundo lugar de privilegio.

Allí detrás se coló Newell´s, casi como una cuestión vinculada a la memoria emotiva. El torneo supo de su marea de lesionados, de su apuesta por los pibes, y como entendió que su espíritu se mantenía inalterable a pesar de las complicaciones, le regaló un par de puntos, probablemente en agradecimiento a los aportes que viene haciendo desde hace un par de temporadas. Claro que la generosidad del campeonato tiene un límite y a partir de la próxima fecha, cuando regresen algunas de sus mejores plumas, tendrá que volver a esgrimir credenciales porque sino el torneo empezará a cobrarle a cuenta.

En orden descendente aparece Independiente, según la tabla. El Rojo trepó hasta allí como un guiño al futuro, pero es evidente que aquí el torneo comienza a hacer algunas concesiones difíciles de argumentar. Es probable que sea una apuesta por Pizzini, Pisano y Belocq, por poner algún nombre, o que sea un pleno para las intenciones de su técnico Almirón, quien mostró su deseo de transformar al equipo con argumentos estéticos pero que aún no los ha consolidado. Las dos victorias al hilo ante Racing y Banfield, que lo depositaron en ese cuarto lugar, son una muestra más de que la idea aún está en ciernes.

Pero, después, el torneo ha juzgado con distinta vara a equipos como Banfield, con una propuesta similar a la del Rojo. Allí no ha hecho concesión alguna. Lo que sí ha hecho es concederle un lugar de expectativa al ciclotímico Central. Su verticalidad, sus arrebatos y su potencia le permiten estar al acecho. Pero su inmadurez y sus pecados de vigorosidad lo han por ahora alejado del podio.
El equipo de Russo sabe que cuenta con la vivacidad de los pibes como Aguirre, Becker o Acuña, la presencia de Domínguez, Berra y Delgado y la experiencia necesaria para asentarse y ser protagonista en el futuro. El canalla todavía está en etapa de reconocimiento y no puede pasar a seducir al torneo, pero se pronostican buenos amaneceres para el futuro.

Como pocas veces, el campeonato parece querer asignar los lugares según el mérito de cada uno. Al Boca inexpresivo del inicio lo había condenado al ostracismo pero la propuesta del vasco Arruabarrena hizo que el desencanto desapareciera y las partes volvieran a acercarse. Lo mismo ha hecho con el pretencioso Racing, que inició con espíritu de campeón y hoy sufre desde abajo, o con San Lorenzo, que aún pasea su borrachera después de consagrarse en América por primera vez en su historia.


Por ahora las cosas transitan por carriles normales y el torneo mantiene alta su expectativa. No hay atisbos de presencia de equipos como la Grecia de la Eurocopa 2004 o el Arsenal de Alfaro, para no iremos tan lejos, que se queden con coronas de mérito dudoso o no puedan avalar con su curriculum. Estamos transitando el primer tercio del torneo es cierto, pero ya se ven señales que indican el camino a la meca y quiénes son los que encabezan la procesión.

No hay comentarios:

Publicar un comentario