El campeonato dio muestras de que pretende
premiar a los que prioricen algo más que el mero resultado. River, Vélez y
Newell´s, en ese orden, son quienes mandan sobre los primeros seis juegos
disputados. Los tres son quienes mejor fútbol desarrollaron en los últimos
tiempos.
Alejandro
Mangiaterra
Las preguntas son la de siempre: ¿Qué es
jugar bien?, ¿Vale más el resultado el modo de intentar alcanzar el objetivo?,
¿Hay que ganar como sea? El campeonato parece estar dispuesto a premiar a los
que intenten algo distinto, a los que ofrezcan un plus. Esas son las señas que
deja ver tras los primeros seis juegos. Evidentemente el torneo ha asumido la
crítica por la mezquindad con las que se jugaron los anteriores y está
dispuesto a modificar su imagen.
Por eso se le ve tan cómodo con este River
al mando. El anterior, el equipo de Ramón Díaz había logrado imponerse al resto
pero que cierto halo de amarretismo impropio de los mejores días de La Banda.
Tal vez haya sido determinante para que el torneo ser pusiera firme y exigiera
algo más.
Entonces encontró en el equipo de Gallardo
algo más acorde a su deseo y su expectativa. River mostró vértigo, buen trato
de la pelota, juego asociado y contundencia. En consecuencia, ante tales
credenciales el torneo lo cobija en la cima desde el inicio.
Otro que anda seduciendo al torneo es
Velez, no sólo a éste sino a los que lo antecedieron. Los de Liniers
presentaron como credenciales a un cuarteto de pibes en el medio y a un toro en
ataque. El talento anónimo también seduce y Rolón, Desabato, Cabral y Correa
cumplen con creces con esas referencias. Sumado a la potencia de Pratto, que ha
sido su as de espadas, Vélez se transforma: de en equipo que juega lindo pasa a
ser un conjunto peligroso. Por eso el torneo lo ha premiado por ahora con el
segundo lugar de privilegio.
Allí detrás se coló Newell´s, casi como una
cuestión vinculada a la memoria emotiva. El torneo supo de su marea de
lesionados, de su apuesta por los pibes, y como entendió que su espíritu se
mantenía inalterable a pesar de las complicaciones, le regaló un par de puntos,
probablemente en agradecimiento a los aportes que viene haciendo desde hace un
par de temporadas. Claro que la generosidad del campeonato tiene un límite y a
partir de la próxima fecha, cuando regresen algunas de sus mejores plumas,
tendrá que volver a esgrimir credenciales porque sino el torneo empezará a
cobrarle a cuenta.
En orden descendente aparece Independiente,
según la tabla. El Rojo trepó hasta allí como un guiño al futuro, pero es
evidente que aquí el torneo comienza a hacer algunas concesiones difíciles de
argumentar. Es probable que sea una apuesta por Pizzini, Pisano y Belocq, por
poner algún nombre, o que sea un pleno para las intenciones de su técnico
Almirón, quien mostró su deseo de transformar al equipo con argumentos estéticos
pero que aún no los ha consolidado. Las dos victorias al hilo ante Racing y
Banfield, que lo depositaron en ese cuarto lugar, son una muestra más de que la
idea aún está en ciernes.
Pero, después, el torneo ha juzgado con
distinta vara a equipos como Banfield, con una propuesta similar a la del Rojo.
Allí no ha hecho concesión alguna. Lo que sí ha hecho es concederle un lugar de
expectativa al ciclotímico Central. Su verticalidad, sus arrebatos y su
potencia le permiten estar al acecho. Pero su inmadurez y sus pecados de
vigorosidad lo han por ahora alejado del podio.
El equipo de Russo sabe que cuenta con la
vivacidad de los pibes como Aguirre, Becker o Acuña, la presencia de Domínguez,
Berra y Delgado y la experiencia necesaria para asentarse y ser protagonista en
el futuro. El canalla todavía está en etapa de reconocimiento y no puede pasar
a seducir al torneo, pero se pronostican buenos amaneceres para el futuro.
Como pocas veces, el campeonato parece
querer asignar los lugares según el mérito de cada uno. Al Boca inexpresivo del
inicio lo había condenado al ostracismo pero la propuesta del vasco
Arruabarrena hizo que el desencanto desapareciera y las partes volvieran a
acercarse. Lo mismo ha hecho con el pretencioso Racing, que inició con espíritu
de campeón y hoy sufre desde abajo, o con San Lorenzo, que aún pasea su
borrachera después de consagrarse en América por primera vez en su historia.
Por ahora las cosas transitan por carriles
normales y el torneo mantiene alta su expectativa. No hay atisbos de presencia
de equipos como la Grecia de la Eurocopa 2004 o el Arsenal de Alfaro, para no
iremos tan lejos, que se queden con coronas de mérito dudoso o no puedan avalar
con su curriculum. Estamos transitando el primer tercio del torneo es cierto,
pero ya se ven señales que indican el camino a la meca y quiénes son los que
encabezan la procesión.
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