miércoles, 15 de octubre de 2014

Clásico de necesidad y urgencia

La nueva edición del clásico rosarino encuentra tanto a Central como a Newell´s en una situación de obligaciones y carencias. El canalla, que sólo piensa en la Copa Argentina, necesita encontrarse con un nivel que hasta aquí no ha mostrado para vencer a Newell´s. Mientras que la lepra tiene como una deuda intestina ganar este partido, que ha quedado en manos auriazules las últimas dos veces.


Alejandro Mangiaterra| Cruz del Sur


Los dos lo juegan obligados. Central y Newell´s volverán a verse las caras. El Gigante de Arroyito será el escenario de una nueva edición del evento más popular y pasional de la ciudad. Como fieles representantes del único sitio del país donde la mayoría defiende los colores locales y no ha sido del todo invadida por el aparato porteño, tanto los hinchas como los protagonistas querrán estar a la altura de semejante evento y defender esa pertenencia. De todos modos, si se pone el acento en lo estrictamente futbolístico, los últimos antecedentes marcan que la prepotencia capitalina le ha torcido el brazo al fútbol rosarino.



Las recientes caídas de Central ante Boca y de Newell´s ante River configuran un presente de necesidad de ambos. Los canallas no encuentran el rumbo en el torneo y deambulan por debajo de la mitad de la tabla con más derrotas que victorias, con lo que amargarle la jornada al “enemigo” parece ser el único consuelo. Con el campeonato lejos de sus aspiraciones y la eliminación en la Copa Sudamericana, los únicos espacios de ilusión se acotan a la Copa Argentina y a ganar el partido más esperado del año.


Mientras tanto, Newell´s no goza de una posición mucho más cómoda. Es cierto que la tabla de posiciones lo trata con más benevolencia pero el triunfo de River en el Coloso del pasado domingo lo empujó hacia abajo y sus posibilidades han decrecido notablemente.


De todos modos, suele decirse que éste es un partido aparte, que no valen los antecedentes y hasta resultan poco determinantes las calidades individuales de uno y otro. Se juega con el corazón y por él se disimulan las diferencias, si es que las hubiera, entre uno y otro.


Los últimos antecedentes abonan esta idea: podría suponerse que Newell´s era favorito en las dos ediciones anteriores por haber sido campeón, por las figuras con las que contaba y porque Central regresaba de la B Nacional. Sin embargo, el partido por el Torneo Inicial 2013 jugado en el Gigante fue victoria Canalla por goles de Donatti y Encina y el descuento de Maxi Rodríguez; mientras que el que precede al que vendrá el fin de semana, también fue auriazul por gol de Franco Niell. Esa es la más reciente referencia, el partido jugado en el Coloso por el Torneo Final 2014 marcó el fin de la estadía de Alfredo Berti en el banco rojinegro y potenció la autoridad de Miguel Russo en el bando ganador. 


Hoy ninguno de los dos puede vanagloriarse de ser favorito, el juego de otros tiempos presuponía una ventaja para Newell´s de acuerdo a lo que mostraba en el campo pero hoy se ve completamente desdibujado. Hasta antes de iniciar la undécima fecha, la tabla lo mostraba como una de las principales amenazas para River, sin embargo, el rendimiento no se correspondió en todo el campeonato con ese imaginario.


Newell`s ha perdido apenas su segundo partido en el torneo y hasta hace pocos días se ufanaba de ser uno de los dos invictos del torneo. De todos modos, esa condición no alcanzaba para disimular las deficiencias de un equipo que perdió dinámica y cambio de ritmo, que se olvidó de la presión y de la posesión y que ya no hiere a los rivales como antes. Los cuatro triunfos sobre once fechas, tres de ellos por la mínima diferencia, no hacen más que confirmar esta idea.


Por su parte, Central llega con el poco alentador record de haber perdido más de la mitad de los partidos disputados. Sus seis caídas en el campeonato lo muestran como un equipo vulnerable y poco confiable, más aun si se pone el acento en alguno de sus vencedores: el pobre Godoy Cruz le ganó en el Gigante y el inexpresivo Tigre en Victoria le hizo cuatro goles. Además, su reciente eliminación de la Sudamericana ante Boca y el nivel ofrecido aun en victorias como ante Quilmes y Defensa y Justicia, terminan por configurar un panorama poco predecible.


Newell´s y sus presiones


Si hay algo que esta dirigencia leprosa y que los propios jugadores se deben es un triunfo en el clásico. Las reglas, muchas veces crueles, marcan que la ausencia de triunfos en esta clase de partidos motiva situaciones más adversas de las previstas. Por eso, a pesar de haber conseguido títulos, de haber llegado a instancias decisivas en torneos internacionales y de haber cortado con décadas de dictadura, una victoria en un clásico es requerida por el hincha como el único valor impostergable.


También es una deuda pendiente para jugadores con altísimo grado de afecto para el público rojinegro. Desde su regreso al club, Maxi Rodríguez, Ignacio Scocco y Lucas Bernardi se deben un triunfo ante su archirrival, algo que ya no podrá lograr por ejemplo Gabriel Heinze, que se retiró de la actividad profesional con esa espina. Es algo que no menosprecia en absoluto la magnífica carrera que han construido cada uno de ellos, pero es seguro que para el fuero interno aparece como una deuda.


De presencias, ausencias y Pathos


El domingo se jugará una nueva edición del clásico rosarino. Será en el Gigante de Arroyito donde sólo los canallas podrán ser testigos presenciales, producto de estas disquisiciones de la AFA, que no permite el ingreso de los visitantes para evitar incidentes pero que mira con total pasividad como los enconos mutaron, dejaron de responder a la diferencia entre colores y pasaron a ser internos, intestinos.



De todos modos, este partido aun conserva ese antiguo y despreciable ritual de aborrecer al otro, al distinto, al que defiende colores que no son los suyos. Aunque no se crucen, aunque una de las dos hinchadas este impedida de acudir a la cita, el odio estará presente.




Es necesario, al menos para mí, aclarar que la intolerancia no es un valor y que lucir con orgullo el desprecio no es una virtud. Escudados en esas bajezas afloran los peores sentimientos, los que forjaron relaciones irreconciliables en sociedades que matan y mueren por la pasión. En estos tiempos es un término que tiene muy buena prensa. Pasión en griego es Pathos, que es lo mismo que decir enfermedad. Si bien, el ámbito futbolero ha adoptado como una virtud estar enfermo por los colores, esa expresión implica algunas contraindicaciones conocidas y padecidas por todos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario