Gerardo
Martino afrontará su primera experiencia en un Argentina-Brasil como conductor
albiceleste, en el amistoso del próximo sábado a jugarse en Beijing. Ya fue
protagonista del clásico rosarino como jugador y del clásico español como
entrenador, pero éste será distinto.
Alejandro
Mangiaterra| Cruz
del Sur
El próximo sábado Gerardo Martino tendrá su
primer superclásico de las Américas. El Tata, que sabe lo que significa jugar
un Newell´s-Central, aunque nunca lo pudo dirigir, y experimentó de qué se
trata el Bacerlona-Real Madrid, vivirá algo inédito en su carrera. Sus méritos
lo llevaron hasta el banco de la Selección Nacional y su próximo desafío será
lidiar con Brasil.
Será el próximo sábado del otro lado del
mundo pero con los sentimientos bien cercanos. En Beijing, la selección
participa de una gira amistosa en la que se medirá con el Scratch, nuevamente
conducido por Dunga. Luego, jugará tres días después ante la selección de Hong
Kong.
Para este partido, el Tata dio una lista de
convocados mucho más cercana a sus apetencias personales, ya que la nómina
inicial para jugar ante Alemania del mes pasado fue un premio para el plantel
que consiguió el subcampeonato del mundo.
En esta nueva convocatoria, Martino empezó
a darle un toque personal a la selección. Por ello citó a Nahuel Guzmán y
Santiago Vergini, que pasaron por su Newell´s. Además, llamó a Roberto Pereyra,
jugador de Juventus y ex River, dando pie a una nueva polémica por la presencia
del mediocampista y la ausencia de Carlos Tevez. De todos modos, el Tata se
encargó de remarcar en más de una ocasión que las puertas están abiertas para
todos.
“La convocatoria de Tevez no va a ser
forzada ni por el periodismo ni por los hinchas. Simplemente estará cuando yo
lo decida”, indicó el entrenador rosarino, en su reciente contacto con la
prensa.
Sin embargo, dos de los convocados por el
rosarino no pudieron participar producto de lesiones: Mateo Musacchio y Lucas
Biglia fueron desafectados y permitieron el ingreso de Facundo Roncaglia y la
vuelta de Ever Banega.
Si bien aún está lejos de confirmar el
equipo titular para enfrentar a los brasileños, la noticia más trascendente
tiene que ver con la presencia de Lionel Messi, sobre quien se habían lanzado
infinitos rumores que indicaban su ausencia.
Su
clásica vida
Gerardo Martino se dio el gusto de dirigir
varios clásicos frente a Olimpia cuando dirigió, en Paraguay, a Cerro Porteño.
El resultado fue altamente positivo: sobre cuatro enfrentamientos, el rosarino
se impuso en dos y los otros los empató.
Sin embargo, como entrenador, no tuvo el
placer de jugar el clásico rosarino cuando dirigió a Newell's. Cuando fue
campeón con la Lepra su archirrival, Rosario Central, jugó en la B Nacional,
cosa que sucedió durante toda la estadía del Tata en el banco de la Lepra.
Lo más cerca que estuvo de hacerlo fue en
el clásico suspendido de Enero de 2013. Los graves incidentes que terminaron
con un agente de policía herido de bala en el Parque Independencia, mientras el
partido iba a jugarse en el Gigante de Arroyito, conspiraron para que el Tata
tenga su primera experiencia clásica.
De todos modos, Martino tuvo el privilegio
de pocos: dirigió el derby español en el banco de suplentes de Barcelona. Su
debut fue en el Camp Nou en octubre de 2013, su equipo no dejó dudas ante Real
Madrid, y ganó 2 a 1 con goles latinoamericanos de Neymar y Alexis Sánchez.
Un tiempo después, el 23 de marzo de 2014,
el Tata vivió su momento cumbre en Cataluña, cuando su equipo venció en un
partidazo 4 a 3 a Real Madrid en una noche inspiradísima de Lionel Messi, quien
marcó tres tantos.
En abril de este año, jugó su último
clásico y fue su primera derrota. De todas maneras, las críticas ya eran
despiadadas. El Real Madrid, que tuvo a Di María como figura, lo venció por 2 a
1 en la Final de la Copa del Rey y lo dejó sin aspiraciones. Al final llegaría
la despedida y tras el mundial su presentación al mando de la selección
albiceleste.
Limar
asperezas
A pesar de que Gerardo Martino tiene buena
prensa en los medios nacionales, producto del estilo de sus equipos, de los
logros y sobre todo del modo particular de expresar sus opiniones, el Tata
siempre tuvo rispideces que pueden transformarse en algo más importante si los
resultados no lo acompañan.
El pedido mediático casi unánime sobre la
convocatoria de Carlos Tévez y sus críticas hacia la organización del fútbol
argentino, expresada incluso en tiempos en los que dirigía a Newell´s pueden
transformarse en alimento para los críticos a favor del stablishment.
El entrenador puso el dedo en la llaga
cuando remarcó, ya desde su sillón de seleccionador, que hay debe reformarse la
organización de los torneos no sólo en la Argentina sino en el resto de
América.
“Me
parece un espanto cómo se organizan los torneos en la Argentina y Sudamérica.
Es todo muy improvisado. Por las idas y vueltas que modifican la programación,
todo termina siendo dudoso y me hacen pensar mal porque, además, estamos en un
país en donde todos pensamos mal del otro. El fútbol argentino me sigue dando
de comer, pero si no digo lo que pienso, no estaría comprometido para que
mejore”, expresó el rosarino.
No es común que un entrenador se comprometa
y ponga en aprietos a sus empleadores pero a Martino parece no importarle y
prefirió dar batalla desde adentro: “Nunca tuve nada contra nadie en especial.
Sí contra el sistema. Y hoy sigue estando igual. No cambió mi opinión porque
ahora esté adentro. Puedo involucrarme y ayudar a que mejore. Ahora me afecta
mucho más”.
Por su verbalización de los problemas
internos, porque no tendrá filtro y porque además somos resultadistas, si no
aparecen las victorias las críticas serán despiadadas, algo parecidas a las que
ya sufrió en Barcelona por no tener un paraguas protector.
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