Argumentos, vaticinios y presuntas
igualdades quedan desacreditados por este campeonato que va llegando a su fin.
Los equipos de Primera siguen marcando supremacÃa sobre los ascendidos. Las
sospechas de paridad entre la máxima categorÃa y la B Nacional ya no tienen
crédito.
Alejandro
Mangiaterra (@AleMangiaterra)
Ahora que el campeonato empieza a decantar
para el lado de Boca y las ilusiones latentes de San Lorenzo –porque Central
depende casi de un milagro –, hay algunas certezas que va deparando este torneo
de 30 equipos, que trajo tantas discrepancias como opiniones. Uno de los
argumentos que se ha sostenido sobre este engendro, hijo de la imaginación de
Grondona, era que la presunta paridad entre los equipos de Primera División y
la B Nacional harÃa de este campeonato una competencia atrapante y pareja. Ese
carácter sólo ha sido posible porque no hubo un equipo dominante.
La arista positiva es que el campeonato ha
desterrado el miedo a que uno o dos equipos se cortaran solos en los primeros
puestos y los demás jugaran por nada. Hasta esta última fecha habÃa cuatro
equipos con chances a falta de cuatro jornadas para el final y muchos otros
jugando por objetivos apetecibles.
Pero eso no quita que el torneo no haya
tenido disparidades. La conjetural equivalencia entre los de Primera y los
ascendidos no fue tal. Los números –y el juego– indica que no hay ningún equipo
favorecido por los diez ascensos arriba del decimo segundo lugar de la tabla. Y
aun más, en los once últimos lugares hay ocho de los diez ascendidos.
El más claro ejemplo de los equipos que no
ofrecieron la jerarquÃa que se pretende de un equipo de Primera es Crucero del
Norte (30º). Si bien ascendió como escolta de Unión e hizo historia al entrar
por primera vez a la máxima categorÃa, el equipo misionero no dio la talla.
Gabriel Schurrer hizo un gran trabajo en la B que no pudo sostener en Primera.
En la fecha 10 dejó de ser el conductor y el arribo de Sebastián Rambert no
modificó demasiado la escena. La próxima temporada jugará en la B Nacional.
Por su parte, Temperley (21º), no tuvo
demasiadas complicaciones para mantener la categorÃa pero sà algunos
sobresaltos para mostrar jerarquÃa. Fue el equipo que más aprovechó la ventaja
de los diez ascensos. Subió después de mucho tiempo de la Primera B a la B
Nacional y en un abrir y cerrar de ojos estaba en Primera División.
En tanto, Nueva Chicago (29º) arribó por la
ventana a la Primera División y le ha costado mantenerse. Sobre nueve puntos
que aún faltan disputarse, debe descontarle al menos cinco a Colón para
alcanzarlo. Forestello llegó al club en la fecha 13 y sacó algunos puntos
importantes pero insuficientes por ahora.
Mientras que Colón (26º), que ascendió tras
finalizar primero en la Zona A –no sin sufrimiento–, hoy pugna por no
descender. Está apenas cinco unidades por encima de Nueva Chicago que hasta hoy
serÃa el segundo descendido. El sabalero pasó por la condena estructural a la
que lo sometieron sus dirigentes y nunca pudo el fútbol escaparle a sus
incertezas y vaivenes institucionales.
Ahà nomás está Huracán (25º) administrando
su pobreza lo mejor que puede. Si bien su posición en la tabla no parece tan
incómoda y su presencia internacional le da un toque de jerarquÃa a este
presente del "Globo" –campeón de la Copa Argentina–, su relación con
los promedios es agobiante. Está apenas seis unidades por encima Chicago y sólo
a uno de Colón. Su historia con la Primera División es innegable pero su
presente lo ubica más cerca de donde estuvo hasta el año pasado.
En una lÃnea bien distinta aparece, Unión
de Santa Fe (12º), el que mejor se acomodó a la Primera División. El equipo de
Madelón puso sostener haber sido el mejor de la B Nacional, donde arrasó con el
resto. Hoy, como podÃa esperarse, por haber mantenido la base y sostenido la
idea del técnico no tiene sobresaltos importantes.
Luego, San Martin de San Juan (17º);
Argentinos (18º); Aldosivi (16º), que hizo historia al llegar por primera vez a
Primera, desde los torneos cortos, reforzado con muchos futbolistas de talla
como Sand, Lequi y Luguercio; y Sarmiento de JunÃn (20º), de la mano de Sergio Lippi,
leyenda viva que lo llevó de la B Metro a la B Nacional y a la Primera División
sin escalas; parecen bien acomodados pero lejos de la pelea de los más grandes
de la categorÃa.
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