miércoles, 12 de abril de 2017

Siempre se puede estar peor



La salida de Edgardo Bauza desnuda que los modos de la nueva dirigencia no se diferencian demasiado de las anteriores. El DT fue echado por el nuevo presidente de AFA, quien citó a una reunión sólo a su representante. La selección vuelve a estar envuelta en conflicto y se quedó sin técnico. Ocho meses duró el sueño del ex DT de Central y San Lorenzo de levantar la Copa del Mundo. 






El fútbol argentino no para de entregar sorpresas; no porque la ruptura del contrato de Edgardo Bauza lo fuera, si no por la forma en la que se concretó su salida, por el proceso de desgaste para provocar la renuncia del entrenador, por la falta de respeto de hacer circular un audio en el que se lo trata con bajeza para que se fuera. El objetivo era evitar decirle a la cara a  Bauza que no lo querían más. Y buscaron la vuelta para no decírselo. El lunes por la noche, el flamante presidente Claudio Tapia citó al representante del entrenador para comunicarle a él que su representado no seguiría. Una nueva bajeza de la dirigencia argentina.



La era Bauza fue negativa, es cierto, pero apenas duró 8 partidos; lo que demuestra -antes que el pobre rendimiento- el rumbo incierto e incoherente que le dio la dirigencia del fútbol a la selección nacional.


Se suponía que “la vuelta a la democracia” de la AFA, así denominada por la nueva comisión directiva traería las transparencias que la era Grondona, la intervención de FIFA y el gobierno nacional no le dieron. La pregunta que subyace es: ¿cómo modificar las conductas si los sucesores son hijos de esos viejos modos de conducción?


“El deseo de Chiqui Tapia era cambiar el entrenador. Bueno, lo entendemos y llegamos a un acuerdo económico para que el Patón se despida” dijo Gustavo Lescovich, representante de Bauza, al salir de la reunión con el flamante presidente. Y agregó: “Yo no estoy metido en la interna de la AFA pero sé que Marcelo Tinelli quería que el Patón siguiera y algún otro directivo también. Pero estas reuniones las tuvimos con Chiqui Tapia y entiendo que es su decisión”.


El Patón, en Buenos Aires más identificado con San Lorenzo que con Central, sufrió el acoso mediático del que quiso defenderse dándoles múltiples entrevistas. La estrategia, opuesta a la que empleó por ejemplo Marcelo Bielsa en su etapa al frente del seleccionado, en la que no otorgaba notas individuales, tampoco le funcionó. Probablemente porque la nueva dirigencia también tiene aliados del mismo calibre. Lo único que consiguió fue que la opinión pública se pusiera en contra de los jugadores del plantel acusándolos de forjar un “club de amigos”.


“Si un entrenador permite que alguien, jugador o dirigente, lo condicione en el armado del equipo, automáticamente deja de ser un entrenador”, expresó el ex jugador Diego Latorre. Y agregó: “No me consta que haya sido el caso de Bauza. Estoy seguro que tomó las decisiones que creyó más convenientes. A lo sumo se habrá equivocado. Si un entrenador está forzado a rendirse al entorno hay dos caminos: Renuncia o se impone. La dignidad no admite tibieza”.


Por su parte, en AFA se exhibe una presunta unidad dirigencial conseguida para la asunción de Tapia. Con ella apagaron las voces disidentes. Una es la de Marcelo Tinelli, actual Secretario de Selecciones Nacionales. El empresario mediático instaló como una opción de peso a Bauza después de que lograsen juntos la Libertadores por primera vez en la historia del Ciclón. Pero no pudo hacer pesar su idea.


En Rosario, llamativamente el apoyo para el Patón llegó desde el Parque Independencia y no desde Arroyito: “De ninguna manera estoy de acuerdo con la salida de Bauza. Yo cuando contrato a un técnico sé cuándo y por qué, sé los pro y los contra. Es un hombre que ya viene trabajando y es un director técnico serio”, dijo el presidente de Newell’s Eduardo Bermúdez. Aunque añadió: “Lo veo más como un técnico de equipo que de selección porque necesita trabajar en el día a día pero es un técnico que ganó todo. Además, jugaron con él. Lo correcto es que lo hubieran llamado y le hubieran dicho a la cara ‘mirá te tenés que ir’ y se terminó”.


Como contrapartida, el presidente de Rosario Central, Raúl Broglia, en su momento, había dejado clara su postura respecto de la asunción del ex DT Canalla: “Bauza no me cierra como entrenador de la selección, igual estoy leyendo su libro para conocerlo más”. Y agregaba con pimienta: “Con Bauza hacíamos un gol y después nos metíamos todos atrás. Nunca me gustó y se lo dije”. Esta rencilla se da la mano con la puja electoral en Central, en las últimas elecciones el Patón había dado su apoyo a uno de los rivales de la comisión finalmente elegida por los socios. De todos modos, Broglia fue más político en este momento de tensión: “Quedan cuatro partidos y es muy grande el riesgo que se corre al cambiar un técnico”


Los números del reciente período de la selección son los peores desde la gestión de Menotti. Bauza consiguió el 45,8 por ciento de los puntos, producto de 3 triunfos, 2 empates y 3 derrotas en ocho partidos. De todos modos, no se merecía el maltrato ni el desaire. Bauza ya se fue y la rueda vuelve a girar. Sampaoli y Simeone aparecen como las únicas opciones viables, aunque la negativa anterior del Cholo hace que el máximo candidato sea el casildense.


De todos modos, siempre se puede estar peor. Para la contratación del próximo entrenador, esta comisión directiva que vino a intentar devolverle legitimidad al futbol argentino tendrá que asumir el pago de tres cuerpos técnicos al mismo tiempo: el de Martino, el de Bauza y el que elijan para cerrar las Eliminatorias. Hay una deuda de 3 millones de dólares con el equipo de trabajo de el ex DT de Newell’s, tendrán que resarcir a los del Patón en 1,1 millones de dólares y para sacar a Sampaoli del Sevilla deberán desembolsar 1,5 millones de Euros; eso sin contar el contrato del entrenador que hizo historia en Chile.


Finalmente, no todo es cuestión de dinero. Si Argentina no clasifica al próximo mundial, la comisión directiva tendrá mucho más que un problema financiero por delante.

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