miércoles, 16 de agosto de 2017

Un piedrazo al cristal del olvido



Los Desaparecidos de Racing es la obra de Julian Scher, sociólogo y periodista, que cuenta once historias de socios e hinchas del club, víctimas del aparato represivo del estado en los ’70. Pero la definición que describe la obra es de Kurt Lutman, ex jugador y escritor, integrante del panel de la presentación realizada en Rosario, de la que participó junto a los periodistas Santiago Garat y Ariel Scher. 


 Alejandro Mangiaterra

¿Quién dijo que desde el fútbol no se puede construir memoria, verdad y justicia?, se pregunta Julian Scher, autor de Los Desaparecidos de Racing. El sociólogo y miembro de una familia que respira periodismo a cada paso presentó en Rosario un libro que no habla de Racing, ni de un club en particular, habla de nuestra historia, la de todos, la del genocidio y la que describe lo que nos pasa como sociedad. Técnicamente es una recopilación de once historias, número especialmente icónico para el ámbito del fútbol, ausentes en una tribuna producto de las fuerzas represiva del estado. Sin embargo, es mucho más que eso. Es la cultura futbolera invitándose a sí misma a comprometerse con nuestra historia y nuestro futuro.


Un tópico recurrente en la voz de Scher es no vincular al libro con el pasado porque “el genocidio no es algo que ocurrió en el pasado, los delitos de lesa humanidad no caducan, se cometen en cada segundo de nuestras vidas, ahora, y se sigue cometiendo mientras yo te digo que se sigue cometiendo”, dice el autor.

 “El libro cuenta las historias de once hinchas de Racing que fueron víctima del genocidio que llevó a cabo en el país desde mediados de la década del ’70. Los once forman parte de los treinta mil desaparecidos. Y elegimos contar once historias por lo que significa el número para los futboleros, la posibilidad de jugar en equipo, por ende de ser feliz durante un rato compartiendo con otros”, expresa Julian Scher.

Sobre el germen de la idea, según expresa Scher, tiene su raigambre en la formación personal, en su infancia, en los vínculos familiares, en lo afectivo: “Surge a partir de pensar al fútbol como una identidad afectiva de tremenda potencia en la Argentina. Lo podemos corroborar en cada uno de nosotros, con amigos, familiares, es evidente lo que cautiva el fútbol. Pese a todo, ese potencial afectivo e identitario contribuyó relativamente poco a la construcción de Memoria, Verdad y Justicia, sobre todo comparándolo con otras actividades como el cine, la literatura y la música. Mi intención era esa, vincular al fútbol desde este lugar y ayudar a que más gente se arrime a entender que pasó en el país”, dijo el autor.

Lo que subyace es por qué el fútbol no ha sabido, podido o querido sumarse a otras disciplinas, por ejemplo las artísticas, para reflejar los pesares de nuestra sociedad: “Esa pregunta está formulada de manera indirecta. Hasta dónde pude averiguar, no hay libros que vinculen lo que sucedió con la dictadura cívico-militar con los clubes. Más allá de que hay instituciones como All Boys, Argentinos Juniors, Defensores de Belgrano, Gimnasia de La Plata, que han hecho cosas al respecto, me sigue pareciendo poco en relación a lo que mueve el fútbol. Por eso, yo creo necesario estudiar que hizo y que dijo el fútbol respecto de esto. Pero sobre todo pensar en su vigencia. Quienes dicen que esto es una cuestión del pasado, cada vez que pueden se ponen a cuestionar la cantidad de desaparecidos, lo cual habla de la plena vigencia de la disputa de sentido”.

Al respecto, Kurt Lutman, uno de los integrantes del panel de presentación realizada en Paradoxa Libros, expresó: “Lleva tiempo dimensionar lo que nos pasa. Hoy estamos en conflicto a nivel país porque todavía no sabemos lo que implica el valor de la industria nacional y cuidarla. Hoy te venden por los medios que es una gran noticia que se abran las importaciones, cuando la industria del calzado sabe que los deja a todos sin laburo. Entonces siento que dimensionar el drama de un país lleva tiempo. A mí me llevó un montón, por eso puedo ponerme en el lugar del que está tratando de ver de qué se trata todo esto”, dijo.

De todos modos, Lutman fue de los primeros, a una edad muy temprana, en mostrar su rebeldía ante cierta quietud del ámbito en el que se movía siendo futbolista: “Mi experiencia personal, en tiempos en los que jugaba, fue apenas un balbuceo de lo que creía que tenía sentido: construir justicia y pedir cárcel a Videla, en una época en la que la no había justicia. Uno creía en tratar de buscar adeptos para una condena social. Aun hoy yo no tengo resuelto nada. Y además, reivindico a mis compañeros porque yo recuerdo haber propuesto salir a la cancha con una bandera y ninguno dijo que no. Después no se hizo porque la comisión directiva nos bajó el pulgar. Entonces, muchas veces esas no manifestaciones no implica que no existan, sino que fueron y son coartadas. En el año ’99 en un superclásico River y Boca salieron con una bandera que decía “Restitución de los 500 chicos apropiados”. Esa foto nunca fue publicada en ningún lado pero yo la vi. Y la vi porque el fotógrafo se encargó de pasársela a muchos conocidos. Entonces, para todo el mundo esa foto no existió. Por eso siento que a la hora de reconstruir estas pequeñas historias tenemos que hacer un trabajo detectivesco y nos vamos a encontrar con un montos de jugadores, entrenadores e hinchas que en su momento levantaron la mano”.

El vínculo con las historias

Julian Scher explica que en para la obra necesitó cultivar la paciencia y ser metódico. Pero siempre hay un grado de azar que ayuda a potenciar las capacidades: “Cuando yo comencé sólo conocía la historia de Alejandro Almeida, el hijo de Taty Almeida, de Madres de Plaza de Mayo, línea fundadora; y de Roberto Santoro, el poeta, militante y compilador ‘Literatura de la Pelota’, el primer libro que compila textos futboleros diversos, del año 1971. A partir de ahí, fue cuestión de paciencia, de buscar testimonios de familiares, amigos y compañeros, de rastrear, hasta encontrarme con las demás historias. El libro se parece bastante a lo que había imaginado. Lo que sucede en estos casos es que en el camino uno va conociendo historias que desconocía, gente que nos invita a repensar cosas, aparecen ideas nuevas que no estaban en el germen y eso provoca agradables sorpresas que potencia al libro. Contar las historias de los compañeros desaparecidos es un acto de justicia en sí mismo. 

El vínculo con Racing es indisimulable y Scher describe el hecho de interesarse por lo que pasó en la institución de la que él es hincha como “una hermosa excusa”. Y agrega: “Por algún lado había que arrancar y como soy de Racing – no hay motivos para ocultarlo – empecé por ahí. Pero creo que son historias que podrían ser de cualquier otro club. Parte del objetivo del libro es que, si se puede, esto se propague y que socios e hinchas de otros clubes puedan reconstruir las historias de vida sus amigos desaparecidos, porque los clubes –lo sepan o no lo sepan – fueron víctimas del genocidio desde el momento que como Asociaciones Civiles sin fines de Lucro tienen socios, o sea miembros legales de su función, desaparecidos”, dijo.  

En tal sentido, y como no se trata de los pesares de una hinchada, sino de una triste cadena de pesares que unen al país, Santiago Garat, periodista de Redacción Rosario e hincha de Rosario Central, anunció que, motivados por el libro de Scher, ya está en marcha un trabajo similar que tiene a los desaparecidos del club de Arroyito como protagonistas.

El fútbol, los libros: la herencia

“Para mí, Racing y la literatura no son cosas que haya elegido. Vinieron conmigo. En mi casa mi hermano (Ezequiel Scher, prensa del selección argentino) y yo crecimos envueltos bajo ese embrujo. Y lo agradecemos por cierto. Una de las primeras historias que conocí fue la de Roberto Santoro, que reúne todo eso. La tradición de la familia dice que mi abuelo le compró ‘Literatura de la Pelota’ a mi papa (Ariel Scher) cuando tenía 7 años. Yo siempre supe que Santoro hablaba de fútbol, que era de Racing, que era poeta y que fue desaparecido. Así que supongo que uno traerá en la mochila esas cosas, un poco inconscientemente”.

El padre de Julián Scher, Ariel, es uno de los periodistas más prestigiosos del país, integra todas las tardes una lúcida mesa de trabajo con Ezequiel Fernández Moores, Gonzalo Bonadeo y Guido Bercovich, en AM 750. Su programa lleva un nombre bien tejido de libros, fútbol y periodismo: Arqueros, Ilusionistas y Goleadores, como aquella obra de Osvaldo Soriano: “Lo que más me conmueve es poder seguir pensando desde el fútbol, que es una pasión central de todos nosotros. Es un elemento para hacernos felices, para hacernos pensar y en este caso en particular –el del libro – para construir Memoria, Verdad y Justicia. Me da mucho orgullo ser parte de esto y que mi hijo sea el autor de la obra”, expresó Ariel Scher.

El autor de Deportivo Saer, explicó que el libro de su hijo Desaparecidos de Racing “demuestra que el fútbol y los clubes también fueron víctimas del genocidio y que la memoria está en todas partes flotando y que nos ayuda a construir una sociedad mejor. Una sociedad mejor es la que no se olvida de las cosas que no se tiene que olvidar”, indicó.

Ariel Scher se subió a la idea de buscar una explicación respecto del papel del fútbol en el marco histórico: “Creo que esa situación del fútbol menos ligado que otras cosas a la producción de memoria, a la producción de la revisión de la dictadura, es porque hay una historia cultural y social, que excede a la Argentina, que tiende a presentar de manera desvinculada al deporte de otros fenómenos. Como si se pudiera pensar que los clubes son entes alejados de nuestra historia como sociedad o como si el deporte se viera contaminado al mezclarse con otras cosas. Los clubes son lugares de la gente y esperemos que sigan siendo de la gente. Y a la gente, en un tiempo determinado de la Argentina, la desaparecieron de a miles. Como no va a tener que ver eso con los clubes. Entiendo que esos prejuicios de los lazos del deporte hicieron que se contaran menos que en otros campos”, remarcó.

Julián y Ariel, también Ezequiel, ya no sueñan como antes, en tiempos de niños, poder pisar el Cilindro vestidos de Académicos pero Lutman con sus palabras los metió ahí adentro: “Los Scher son volantes centrales, números 5. Van tejiendo, llegan hasta vos, te dan la pelota y se retiran. Este libro de Julián es la continuidad de ese movimiento familiar. Este antecedente, ‘Los Desaparecidos de Racing’, es un hecho poético enorme”, dijo.

En cada frase se ve, a pesar de todo, que cada uno de ellos deja traslucir aires optimistas, en tiempos en los que la coyuntura no ayuda a pensar en ello. Así lo expresa Lutman como colofón, categórico: “Siento que es este libro es un acto de justicia. Me hace reflexionar sobre los tiempos de construcción de memoria que tienen los países. Estamos a 40 años de lo que fue el inicio de la dictadura y a 33 de lo que fue el final.  Y recién ahora, el fútbol, parte de la gente, los hinchas, la comunidad futbolera, está empezando a no ceder esas banderas. No digo ‘recién ahora’ a modo de reclamo sino que todo el trabajo de conciencia que uno hace para dimensionar el drama de nuestro país lleva tiempo. Esto quedó muy claro con lo que pasó hace poco con el 2x1. La gran mayoría de las canchas se posicionaron y reclamaron. Cuando la gente en las tribunas empieza a reivindicar a sus muertos yo siento que damos un salto. Este libro es un piedrazo contra un vidrio que a partir de él se resquebraja”, cerró.


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