Los Desaparecidos de Racing es la obra de
Julian Scher, sociólogo y periodista, que cuenta once historias de socios e
hinchas del club, víctimas del aparato represivo del estado en los ’70. Pero la
definición que describe la obra es de Kurt Lutman, ex jugador y escritor,
integrante del panel de la presentación realizada en Rosario, de la que
participó junto a los periodistas Santiago Garat y Ariel Scher.
Alejandro
Mangiaterra
¿Quién dijo que desde el fútbol no se puede
construir memoria, verdad y justicia?, se pregunta Julian Scher, autor de Los
Desaparecidos de Racing. El sociólogo y miembro de una familia que respira
periodismo a cada paso presentó en Rosario un libro que no habla de Racing, ni
de un club en particular, habla de nuestra historia, la de todos, la del
genocidio y la que describe lo que nos pasa como sociedad. Técnicamente es una
recopilación de once historias, número especialmente icónico para el ámbito del
fútbol, ausentes en una tribuna producto de las fuerzas represiva del estado.
Sin embargo, es mucho más que eso. Es la cultura futbolera invitándose a sí
misma a comprometerse con nuestra historia y nuestro futuro.
Un tópico recurrente en la voz de Scher es
no vincular al libro con el pasado porque “el genocidio no es algo que ocurrió
en el pasado, los delitos de lesa humanidad no caducan, se cometen en cada
segundo de nuestras vidas, ahora, y se sigue cometiendo mientras yo te digo que
se sigue cometiendo”, dice el autor.
“El
libro cuenta las historias de once hinchas de Racing que fueron víctima del
genocidio que llevó a cabo en el país desde mediados de la década del ’70. Los
once forman parte de los treinta mil desaparecidos. Y elegimos contar once
historias por lo que significa el número para los futboleros, la posibilidad de
jugar en equipo, por ende de ser feliz durante un rato compartiendo con otros”,
expresa Julian Scher.
Sobre el germen de la idea, según expresa
Scher, tiene su raigambre en la formación personal, en su infancia, en los
vínculos familiares, en lo afectivo: “Surge a partir de pensar al fútbol como
una identidad afectiva de tremenda potencia en la Argentina. Lo podemos
corroborar en cada uno de nosotros, con amigos, familiares, es evidente lo que
cautiva el fútbol. Pese a todo, ese potencial afectivo e identitario contribuyó
relativamente poco a la construcción de Memoria, Verdad y Justicia, sobre todo
comparándolo con otras actividades como el cine, la literatura y la música. Mi
intención era esa, vincular al fútbol desde este lugar y ayudar a que más gente
se arrime a entender que pasó en el país”, dijo el autor.
Lo que subyace es por qué el fútbol no ha sabido,
podido o querido sumarse a otras disciplinas, por ejemplo las artísticas, para
reflejar los pesares de nuestra sociedad: “Esa pregunta está formulada de
manera indirecta. Hasta dónde pude averiguar, no hay libros que vinculen lo que
sucedió con la dictadura cívico-militar con los clubes. Más allá de que hay
instituciones como All Boys, Argentinos Juniors, Defensores de Belgrano,
Gimnasia de La Plata, que han hecho cosas al respecto, me sigue pareciendo poco
en relación a lo que mueve el fútbol. Por eso, yo creo necesario estudiar que
hizo y que dijo el fútbol respecto de esto. Pero sobre todo pensar en su
vigencia. Quienes dicen que esto es una cuestión del pasado, cada vez que
pueden se ponen a cuestionar la cantidad de desaparecidos, lo cual habla de la
plena vigencia de la disputa de sentido”.
Al respecto, Kurt Lutman, uno de los
integrantes del panel de presentación realizada en Paradoxa Libros, expresó:
“Lleva tiempo dimensionar lo que nos pasa. Hoy estamos en conflicto a nivel
país porque todavía no sabemos lo que implica el valor de la industria nacional
y cuidarla. Hoy te venden por los medios que es una gran noticia que se abran
las importaciones, cuando la industria del calzado sabe que los deja a todos
sin laburo. Entonces siento que dimensionar el drama de un país lleva tiempo. A
mí me llevó un montón, por eso puedo ponerme en el lugar del que está tratando
de ver de qué se trata todo esto”, dijo.
De todos modos, Lutman fue de los primeros,
a una edad muy temprana, en mostrar su rebeldía ante cierta quietud del ámbito
en el que se movía siendo futbolista: “Mi experiencia personal, en tiempos en
los que jugaba, fue apenas un balbuceo de lo que creía que tenía sentido:
construir justicia y pedir cárcel a Videla, en una época en la que la no había
justicia. Uno creía en tratar de buscar adeptos para una condena social. Aun
hoy yo no tengo resuelto nada. Y además, reivindico a mis compañeros porque yo
recuerdo haber propuesto salir a la cancha con una bandera y ninguno dijo que
no. Después no se hizo porque la comisión directiva nos bajó el pulgar.
Entonces, muchas veces esas no manifestaciones no implica que no existan, sino
que fueron y son coartadas. En el año ’99 en un superclásico River y Boca
salieron con una bandera que decía “Restitución de los 500 chicos apropiados”.
Esa foto nunca fue publicada en ningún lado pero yo la vi. Y la vi porque el
fotógrafo se encargó de pasársela a muchos conocidos. Entonces, para todo el
mundo esa foto no existió. Por eso siento que a la hora de reconstruir estas
pequeñas historias tenemos que hacer un trabajo detectivesco y nos vamos a
encontrar con un montos de jugadores, entrenadores e hinchas que en su momento
levantaron la mano”.
El
vínculo con las historias
Julian Scher explica que en para la obra
necesitó cultivar la paciencia y ser metódico. Pero siempre hay un grado de
azar que ayuda a potenciar las capacidades: “Cuando yo comencé sólo conocía la
historia de Alejandro Almeida, el hijo de Taty Almeida, de Madres de Plaza de
Mayo, línea fundadora; y de Roberto Santoro, el poeta, militante y compilador
‘Literatura de la Pelota’, el primer libro que compila textos futboleros
diversos, del año 1971. A partir de ahí, fue cuestión de paciencia, de buscar
testimonios de familiares, amigos y compañeros, de rastrear, hasta encontrarme
con las demás historias. El libro se parece bastante a lo que había imaginado.
Lo que sucede en estos casos es que en el camino uno va conociendo historias
que desconocía, gente que nos invita a repensar cosas, aparecen ideas nuevas
que no estaban en el germen y eso provoca agradables sorpresas que potencia al
libro. Contar las historias de los compañeros desaparecidos es un acto de
justicia en sí mismo.
El vínculo con Racing es indisimulable y
Scher describe el hecho de interesarse por lo que pasó en la institución de la
que él es hincha como “una hermosa excusa”. Y agrega: “Por algún lado había que
arrancar y como soy de Racing – no hay motivos para ocultarlo – empecé por ahí.
Pero creo que son historias que podrían ser de cualquier otro club. Parte del
objetivo del libro es que, si se puede, esto se propague y que socios e hinchas
de otros clubes puedan reconstruir las historias de vida sus amigos
desaparecidos, porque los clubes –lo sepan o no lo sepan – fueron víctimas del
genocidio desde el momento que como Asociaciones Civiles sin fines de Lucro
tienen socios, o sea miembros legales de su función, desaparecidos”, dijo.
En tal sentido, y como no se trata de los
pesares de una hinchada, sino de una triste cadena de pesares que unen al país,
Santiago Garat, periodista de Redacción Rosario e hincha de Rosario Central,
anunció que, motivados por el libro de Scher, ya está en marcha un trabajo
similar que tiene a los desaparecidos del club de Arroyito como protagonistas.
El
fútbol, los libros: la herencia
“Para mí, Racing y la literatura no son
cosas que haya elegido. Vinieron conmigo. En mi casa mi hermano (Ezequiel Scher,
prensa del selección argentino) y yo crecimos envueltos bajo ese embrujo. Y lo
agradecemos por cierto. Una de las primeras historias que conocí fue la de
Roberto Santoro, que reúne todo eso. La tradición de la familia dice que mi
abuelo le compró ‘Literatura de la Pelota’ a mi papa (Ariel Scher) cuando tenía
7 años. Yo siempre supe que Santoro hablaba de fútbol, que era de Racing, que
era poeta y que fue desaparecido. Así que supongo que uno traerá en la mochila
esas cosas, un poco inconscientemente”.
El padre de Julián Scher, Ariel, es uno de
los periodistas más prestigiosos del país, integra todas las tardes una lúcida
mesa de trabajo con Ezequiel Fernández Moores, Gonzalo Bonadeo y Guido
Bercovich, en AM 750. Su programa lleva un nombre bien tejido de libros, fútbol
y periodismo: Arqueros, Ilusionistas y Goleadores, como aquella obra de Osvaldo
Soriano: “Lo que más me conmueve es poder seguir pensando desde el fútbol, que
es una pasión central de todos nosotros. Es un elemento para hacernos felices,
para hacernos pensar y en este caso en particular –el del libro – para
construir Memoria, Verdad y Justicia. Me da mucho orgullo ser parte de esto y
que mi hijo sea el autor de la obra”, expresó Ariel Scher.
El autor de Deportivo Saer, explicó que el
libro de su hijo Desaparecidos de Racing “demuestra que el fútbol y los clubes
también fueron víctimas del genocidio y que la memoria está en todas partes
flotando y que nos ayuda a construir una sociedad mejor. Una sociedad mejor es
la que no se olvida de las cosas que no se tiene que olvidar”, indicó.
Ariel Scher se subió a la idea de buscar
una explicación respecto del papel del fútbol en el marco histórico: “Creo que
esa situación del fútbol menos ligado que otras cosas a la producción de
memoria, a la producción de la revisión de la dictadura, es porque hay una
historia cultural y social, que excede a la Argentina, que tiende a presentar
de manera desvinculada al deporte de otros fenómenos. Como si se pudiera pensar
que los clubes son entes alejados de nuestra historia como sociedad o como si
el deporte se viera contaminado al mezclarse con otras cosas. Los clubes son
lugares de la gente y esperemos que sigan siendo de la gente. Y a la gente, en
un tiempo determinado de la Argentina, la desaparecieron de a miles. Como no va
a tener que ver eso con los clubes. Entiendo que esos prejuicios de los lazos
del deporte hicieron que se contaran menos que en otros campos”, remarcó.
Julián y Ariel, también Ezequiel, ya no
sueñan como antes, en tiempos de niños, poder pisar el Cilindro vestidos de
Académicos pero Lutman con sus palabras los metió ahí adentro: “Los Scher son
volantes centrales, números 5. Van tejiendo, llegan hasta vos, te dan la pelota
y se retiran. Este libro de Julián es la continuidad de ese movimiento
familiar. Este antecedente, ‘Los Desaparecidos de Racing’, es un hecho poético
enorme”, dijo.
En cada frase se ve, a pesar de todo, que
cada uno de ellos deja traslucir aires optimistas, en tiempos en los que la
coyuntura no ayuda a pensar en ello. Así lo expresa Lutman como colofón,
categórico: “Siento que es este libro es un acto de justicia. Me hace
reflexionar sobre los tiempos de construcción de memoria que tienen los países.
Estamos a 40 años de lo que fue el inicio de la dictadura y a 33 de lo que fue
el final. Y recién ahora, el fútbol,
parte de la gente, los hinchas, la comunidad futbolera, está empezando a no
ceder esas banderas. No digo ‘recién ahora’ a modo de reclamo sino que todo el
trabajo de conciencia que uno hace para dimensionar el drama de nuestro país
lleva tiempo. Esto quedó muy claro con lo que pasó hace poco con el 2x1. La gran
mayoría de las canchas se posicionaron y reclamaron. Cuando la gente en las
tribunas empieza a reivindicar a sus muertos yo siento que damos un salto. Este
libro es un piedrazo contra un vidrio que a partir de él se resquebraja”,
cerró.
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